lunes, 9 de junio de 2014

                                                            Historia de la Madre Marcelina




Marcelina de San José (Caracas, el 18 de junio de 1874] fue una religiosa venezolana que vivió en Colombia y fundó la Congregación de las Hermanitas Pobres de San Pedro Claver. Fue declarada Venerable por el Papa Benedicto XVI, el 20 de diciembre de 2012. Se encuentra en proceso de beatificación.

                                                                        
                                                                       Biografía .
Luisa Marcelina Alevedo nació en el seno de una familia que le brindó una recta formación humana y cristiana. Su madre era miembro de la Tercera Orden Franciscana y su padre murió al poco tiempo de su nacimiento.
En 1899, a sus 25 años, Luisa Marcelina ingresó en Maiquetía a la Congregación de las Hermanitas de los Pobres, cuya dedicación y oficio eran la adoración de la Eucaristía y el auxilio y cuidado de los enfermos en los hospitales. El 25 de marzo de 1900 vistió el hábito religioso, recibiendo el nombre de Marcelina de San José. Emitió su primera profesión en 1902, y la profesión perpetua en 1908. La Hermana Marcelina de San José fue enviada al hospital venezolano de Los Teques para dirigirlo y allí, con generosidad, se dedicó al cuidado de los enfermos y de los militares heridos. En 1909 fue nombrada superiora de la comunidad de Barranquilla. Allí las Hermanas dirigían un hospicio en el que recibían a casi cien ancianos pobres y se atendían gratuitamente a muchas niñas pobres en una escuela. En razón de la diversidad de pensamiento y opiniones sobre la razón de la vida religiosa en el Instituto, comenzaron los disentimientos. Esto generó una gran perturbación en la vida de la reciente Congregación de tal manera que muchas Hermanas, entre ellas la Madre Marcelina de San José, se separaron del Instituto beatificación.
La Madre Marcelina de San José, junto con las Hermanas de Barranquilla, quiso perseverar en su oficio, atendiendo generosamente a los ancianos en el hospicio, y se confió a la protección del entonces Arzobispo de Cartagena (Bolívar, Colombia), monseñor Pietro-Adamo Brioschi, quien determinó la separación de ambos Institutos, disponiendo cambiar al de Barranquilla el hábito y el nombre. Las religiosas pasaron a ser conocidas como las Hermanitas de los Pobres de San Pedro Claver, señalando el ejemplo de aquel Santo de la Compañía de Jesús, que fue Apóstol de los esclavos.
En 1917 la Madre Marcelina de San José fue elegida Superiora General, confirmada de nuevo en este oficio en 1935. La nueva Congregación se expandió al asumir obras de caridad para los mendigos, los necesitados y los ancianos. Concluido su oficio de Superiora General, la Madre Marcelina de San José fue elegida responsable del Consejo General, oficio en el que se dedicó a la formación de las Hermanas y se hizo ejemplo vivo de generosidad, paciencia, benevolencia y suavidad en el servicio a los necesitados.
Para las jóvenes que ingresaban al Instituto, la Madre Marcelina de San José elaboró y dispuso algunas notas sobre los principios de la espiritualidad de la Congregación: el amor a la Cruz, el recogimiento interior, el silencio, el amor a los pobres en quienes se sirve al mismo Cristo y la renuncia a uno mismo. Meditaba principalmente sobre la Divina Providencia, la Pasión, la Eucaristía, la Inmaculada y San Pedro Claver.
La Madre Marcelina de San José fue una mujer jovial y modesta, dedicada a la contemplación y preparada para la acción. Mantenía una disposición muy equitativa para con los amigos y los adversarios, era correcta en su proceder y modesta en la penitencia. Vivió su consagración religiosa con gran ardor y siempre deseó vivir como mínima en la presencia de Dios.
Dedicó un cuidado maternal a los sacerdotes a quienes sostenía con su oración y su apoyo. La Madre Marcelina de San José nunca pronunció palabras de indignación en las abundantes adversidades de su vida. Siguió el ejemplo del Buen Samaritano, ayudando sin demora a los necesitados y principalmente a los más pobres y abandonados. También cuando enfrentó situaciones adversas al Instituto, logró un coherente testimonio de fe, apoyándose en la oración constante y el amor a la Eucaristía. La virtud de la esperanza acompañó toda su vida, haciéndola una mujer fuerte pero amable y dócil. Ejerció la virtud de la caridad en estrecha unión con Dios y en un amor permanente por el prójimo.
                                                                         
                                                    
                                               Escudo e historia de la congregación



El 11 de febrero de 1909, llega la madre marcelina a Barranquilla como superiora del asilo San Antonio y a principios de 1912, es llamada a Caracas para tratar algunos asuntos difíciles por los que atraviesa la Congregación. Situación que la lleva a separarse del Instituto.  Hecho que causó gran dolor y soledad hasta llegar a exclamar: “Me siento sola, pero sé que tú estas conmigo, ¿qué quieres que haga?”.  El Señor no hace esperar su respuesta, inspirándole su regreso inmediato a Barranquilla y así el 11 de febrero de 1912, nace una nueva Congregación para la iglesia y los pobres: “HERMANITAS DE LOS POBRES DE SAN PEDRO CLAVER”.











                                                 Contemplaciones de la Madre Marcelina.

  • La contemplación de Dios en la naturaleza"La naturaleza nos habla de Dios, necesitamos ponerle atención. Las religiosas debemos ser como los artistas y poetas, listas a descubrir la belleza de Dios, en todas sus obras"
  • La contemplación de Dios en nosotras mismas"Oh alma hermosa, cuán grande es tu existencia. Cesa alma mía de maravillarte de la altura de los astros, de la profundidad de los mares, del brillo del sol... maravíllate de ti misma”.
  • Contemplación en sus Hermanas de Comunidad: La fidelidad expresada en la práctica de los pequeños detalles: "La Vida y por consecuencia la santidad, se compone de pequeños detalles, y estos pequeños detalles dependen de nosotras: Si queremos lo podemos hacer, si vigilamos en todo"
  • La praxis del silencio integral legado por nuestra Madre Marcelina" Si queremos ser fuertes aprendamos a callar, todo es debilidad y la única grandeza es la ciencia del silencio"

                                       
                                                   
                                                      Madre Marcelina: Sierva de Dios 





La Madre Marcelina es considerada sierva de dios por sus actos con la influencia al amor a Dios, Jesucristo y a la virgen Maria. Dios comenzó a llamarla y ella a responderle.  Una noche, su madre la sorprendió de rodillas ante el crucifijo, haciendo esta oración: “Señor, yo sé que me llamas, quiero demasiado a los pobres para no seguirte”.  A los 25 años, ofreciendo a Dios las posibilidades que tenia de formar un bello hogar y demás satisfacciones que le brindaba el mundo, deja todo esto e ingresa en el noviciado de las Hermanitas de los Pobres de Maiquetía (Venezuela).
En sus etapas de formación, se caracterizó por su profunda experiencia de Dios, por su ternura, su amabilidad y condescendencia para su comunidad y los pobres.










                                        
                           Colegio Madre Marcelina: Misión, Visión y Política de calidad

Misión: Formar integralmente al estudiante, desde una vocación de servicio humilde y sencillo por amor, ejercida en la practica misma en el respeto a los derechos humanos, fundamentado en los valores, principios católicos y carismales de nuestra congregación; que lo comprometa a ser apóstol del evangelio, dando sentido a su proyecto de vida, como integrante del núcleo familiar y social, promoviendo así, la dignidad de la persona, que busca la construcción de una sociedad humana y justa.         
     
Visión: El Colegio Madre Marcelina, de la congregación hermanitas de los pobres de san pedro claver, en la presente década, lidera procesos de orientación y acompañamiento, donde lo esencial es la apropiación de valores, principios católicos y carismales, que permitan el anuncio de la buena nueva, para que mediante la acción educativa, cultiven y fortalezcan y valoren el sentido de la dignidad humana y asuman su proyecto de vida acorde a su edad, formación y signos de los tiempos, ejerciendo así, el desarrollo del pensamiento investigativo, en diversos escenarios: religioso, político, económico, tecnológico y cultural, proyectando hombres y mujeres en un nuevo ámbito social.

Política de calidad: En el Colegio Madre Marcelina, se asume y desarrolla una cultura de calidad, fundamentada en los postulados marcelinistas, que permiten formar integralmente, hombres y mujeres con capacidad de búsqueda permanente de la excelencia académica y humana, mediante el mejoramiento continuo de los procesos educativos en los niveles de preescolar, básica y media, respondiendo a las necesidades, intereses y expectativas de la comunidad educativa. la ampliación, adecuación y embellecimiento de la planta física, permiten atender la demanda y cobertura de la población estudiantil, mejorando la prestación del servicio educativo.




                                                                                   
           Escudo
                               


                                                                                
                                                                         Bandera







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